El comercio online y los nuevos hábitos de consumo han provocado una absoluta explosión en la última milla logística. Los consumidores prefieren comprar desde sus casas. Evitando así desplazamientos y beneficiándose de la comodidad que supone que los artículos que necesitan les lleguen directamente a sus hogares. Una práctica que se ha visto acrecentada aún más tras la pandemia recientemente sufrida en todo el mundo. Y un nuevo reto al que cualquier negocio debe enfrentarse si quiere sobrevivir.
La última milla logística no es otra cosa que el tramo final de la entrega de un producto. Es decir, el trayecto entre el centro de distribución o local hasta el cliente final, ya sea un particular u otra empresa. La correcta configuración de este servicio influirá directamente en el servicio ofrecido por un negocio, en la satisfacción de sus clientes, en la calidad de sus productos. Y, por lo tanto, en el rendimiento y rentabilidad del mismo.
Durante las rutas de reparto, generalmente realizadas por zonas urbanas, pueden surgir muchos inconvenientes u obstáculos que impiden o complican obtener la máxima eficiencia u ofrecer un servicio óptimo si no se cuenta con la flota de vehículos adecuada.
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La sostenibilidad en la última milla
El impacto ambiental de una flota de vehículos en continua operación puede llegar a ser muy elevado, sobre todo en ciudades. La reducción de las emisiones contaminantes es clave para garantizar el buen estado del medio ambiente. Así como la calidad del aire y la salud de todo el que lo respira. Por ello, los negocios deben concienciarse sobre esta problemática y establecer medios para evitar contribuir a incrementarla.
El acto de crear o renovar su flota con vehículos eléctricos no únicamente será reconocido por sus clientes. También le generará beneficios como, por ejemplo, el acceso a zonas 0 emisiones en las que vehículos por combustión no pueden entrar. Además, este tipo de vehículos de motor eléctrico no generan ruidos y evitan que la contaminación acústica de las ciudades continúe aumentando.
Otra forma de contribuir a la última milla sostenible tiene que ver con la eficiencia de las rutas de cada negocio. Una correcta planificación de los itinerarios de reparto, junto con la maximización de las opciones de entrega que ofrece cada uno y la selección de los vehículos idóneos para ello, supone un menor número de desplazamientos.
Un hecho que evita que la última milla contribuya al aumento de las congestiones de tráfico que generalmente se crean en zonas urbanas y, con ello, lograr una circulación más fluida.
Beneficios para tu negocio
En definitiva, apostar por una última milla sostenible no únicamente beneficia al medio ambiente y a la calidad de vida en las ciudades, sino que también al propio negocio. Una flota de vehículos eléctricos 0 emisiones es más económica. Genera muchos menos gastos de utilización y mantenimiento que una de vehículos de combustión.
Existen multitud de vehículos eléctricos, con todo tipo de dimensiones y capacidades de carga: desde bicicletas o motos hasta furgonetas compactas. Esto permite que se pueda acceder a cualquier espacio o calle del medio urbano, evitando restricciones e incluso circulando por zonas peatonales.
Un factor determinante a la hora de conseguir ofrecer el servicio de última milla más rápido y eficiente, llegando a cualquier cliente en los tiempos marcados y garantizando así la calidad de los productos transportados.
La moto eléctrica más polivalente para el delivery
La SILENCE S02 HS, de fabricación española, es una motocicleta eléctrica especialmente diseñada para la última milla. Puede dar solución a necesidades de reparto en múltiples sectores. Desde el food delivery o paquetería hasta el pharma o industrial, gracias a su polivalencia y a su capacidad para adaptarse a diferentes aplicaciones. Siempre ofreciendo la mayor eficiencia en cada ruta de negocio y generando 0 emisiones, ya que es un vehículo 100% sostenible.
Esta moto ofrece una amplia maniobrabilidad que facilita el acceso a todo tipo de calles o espacios de núcleos urbanos e interurbanos. Una característica que la hace idónea para sortear congestiones de tráfico y llegar a los clientes finales de una forma rápida y sin riesgos para los productos transportados. Productos que pueden viajar en su baúl personalizable con distintas capacidades, desde los 102 hasta los 300 litros.
Asimismo, su autonomía de hasta 120 km es perfecta para realizar turnos enteros de entradas con una sola carga. Además, su sistema de frenado regenerativo ofrece energía extra para aumentar su eficiencia. Y sus 90 km/h de velocidad máxima le permiten llegar rápidamente a cualquier lugar. Incluso pudiendo circular por autovías.
Una solución óptima para enfrentarse a los nuevos retos que han nacido en la última milla logística. Una alternativa sostenible que no únicamente hará que cualquier negocio sobreviva, sino que aumente su rentabilidad.