El cambio climático, la necesidad de consumir más responsabilidad y la reducción de emisiones han sido temas protagonistas de las agendas gubernamentales, empresariales y locales durante varios años. Mucho es lo que se ha hablado del impacto individual que cada uno tiene y de que todos debemos poner nuestro grano de arena. Pero ¿cómo hacerlo? La eficiencia energética es una manera de empezar.
En general, las personas suelen desperdiciar energía a diario sin darse cuenta, y son muy pocas las conscientes de sus hábitos de consumo de energía. Este panorama parece estar cambiando en los últimos años en los que tanto personas como empresas han decidido apostarle a la eficiencia energética para ser más responsables con la energía que utilizan.
Las apuestas por un consumo energético responsable se fortalecen y diversifican cada vez más. Mientras los diferentes tipos de energías renovables siguen evolucionando, la eficiencia energética representa también una oportunidad para personas y empresas. Ser eficiente no es renunciar a la comodidad y bienestar, implica adoptar una serie de hábitos conscientes. En Futuro Eléctrico te contamos de qué trata.
Tabla de contenidos
¿Qué es la eficiencia energética?
El concepto de eficiencia energética hace referencia a la relación entre los resultados obtenidos y los recursos que se usan para su consecución. En otras palabras, es el uso eficiente de la energía. Esto tiene lugar cuando un proceso, instalación u aparato obtiene los mismos o mejores resultados consumiendo menos energía.
El concepto se puede aplicar a electrodomésticos, sistemas de calefacción, iluminación, eficiencia en la industria y más. La eficiencia energética gana importancia bajo el contexto actual. Con el cambio climático y las metas establecidas para frenarlo, las iniciativas individuales y corporativas en este ámbito son una alternativa para lograrlo. De hecho, para algunos, es la primera alternativa para conseguir reducir las emisiones y el consumo.
La eficiencia energética utiliza diferentes mecanismos. Por un lado, se pueden mejorar el uso de fuentes de energía, al utilizar más energías renovables. Adicionalmente, se puede implementar un uso más racional de la energía. Por otro lado, se pueden desarrollar medidas de gestión interna de la energía y mejoras en el control de perturbaciones.
Por ejemplo, al aislar una casa, se reduce la necesidad de utilizar calefacción o refrigeración para tener una temperatura agradable. O reemplazando las bombillas incandescentes por LED se reduce la cantidad de energía necesaria para iluminar un espacio.
En términos macroeconómicos, la eficiencia energética se calcula a través del concepto de intensidad energética. Es decir, es el cociente entre es el consumo energético y su Producto Interno Bruto (PIB). Para ello, se requiere la optimización de los recursos empleados para conseguir un objetivo. Esto implica que es, sobre todo, una estrategia de gestión que debe impregnar todo el sistema. Y con ella se logran reducir los costos técnicos y económicos.
¿Qué es un certificado de eficiencia energética?
Inmuebles, electrodomésticos, vehículos, oficinas o viviendas pueden obtener un certificado de eficiencia energética. Es un documento oficial que incluye las características energéticas del producto.
De esta forma, la certificación de eficiencia energética califica energéticamente un inmueble calculando el consumo anual de energía que se necesita para satisfacer la demanda energética en condiciones normales. Es decir, se calcula cuánto se necesita para que el inmueble funcione con todas sus comodidades.
Con el certificado de eficiencia energética también se entrega una etiqueta energética. Esta última tiene una escala de siete letras, de la A a la G, donde A es lo más eficiente y G lo menos. La etiqueta energética expresa la calificación energética del inmueble de forma clara para personas que no conocen la clasificación.
Para entregar el certificado, se evalúan las características del edificio, sus instalaciones, funcionamiento y ocupación. Luego, se identifican las aplicaciones de estrategias de eficiencia energética y se llevan a cabo pruebas. Finalmente, se entrega el certificado, que tiene un valor informativo para que las viviendas sean los más eficientes posible.
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¿Para qué sirve la eficiencia energética?
En primer lugar, la eficiencia energética tiene un impacto medioambiental. Al desarrollar mecanismos que ayudan a reducir el consumo energético, se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Según la Agencia Internacional de Energía, la eficiencia energética en edificios, procesos industriales y transporte podría reducir en un tercio las necesidades de energía del mundo en 2050. Por lo tanto, podría reducir la huella de carbono.
Además, trae otros beneficios como mayor seguridad energética, menor inversión, más confiabilidad en sistemas de energía eléctrica y mayor confiabilidad y competitividad. En las empresas, por ejemplo, la reducción del uso de energía eléctrica se convierte en un elemento que añade rentabilidad a las compañías.
Por su parte, para los gobiernos puede tener un beneficio adicional, al reducir el nivel de importaciones de energía de países extranjeros.
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Ventajas de la eficiencia energética
En primer lugar, la eficiencia energética favorece la economía de las personas o empresas que decidan implementarla. Al estar ligada con el ahorro de la electricidad, eventualmente se reducirán los cargos en la factura al tiempo que se realiza una gestión más eficiente. Con un diseño óptimo, se podría reducir el gasto en calefacción, refrigeración e iluminación. Adicionalmente, se pueden corregir desperfectos ocasionados por el paso de los años.
Por supuesto, esto también implica una reducción en la huella del carbono. Al hacer un inmueble más eficiente, se aprovechan de manera más adecuada los recursos energéticos y no se desperdician de manera inconsciente. Para las personas también se generan otros beneficios como el aumento del valor de la vivienda, beneficios fiscales y una mejora del diseño interior.
A las autoridades gubernamentales esta reducción del consumo también les genera beneficios. Por un lado, se disminuye la dependencia energética de otros países. Por el otro, se reemplaza el consumo de combustibles fósiles, lo que también tiene un impacto económico y ambiental; se baja la presión sobre los recursos naturales y se aprovechan de manera más estratégica.
A la economía aporta algunos beneficios. La eficiencia energética genera impactos positivos en la balanza comercial, la tasa de desempleo y los precios energéticos. Algunos estudios indican que también puede tener impactos positivos en el diseño de presupuestos públicos.
Finalmente, a las empresas les significa un aumento de la productividad, al reducir sus gastos en energía, que pueden aprovechar en otros espacios. Las mejoras en la iluminación, al aprovechar la luz natural, también contribuye en el rendimiento y permanencia de los trabajadores en las compañías. Además, les otorga valor añadido tanto para captar clientes como para generar permanencia empresarial.
Consejos para implementar la eficiencia energética
En la industria
Para las instalaciones industriales, la Confederación Empresarial de Madrid lanzó una Guía de Ahorro Energético diseñado especialmente para estos espacios. Este documento ofrece una completa guía de las medidas que pueden tomar las empresas para ser más eficientes energéticamente.
Son muchos los aspectos que se deben tomar en cuenta dentro de la industria. Por ello, mencionaremos algunos consejos y ejemplos que sirvan como guía para que las industrias implementen la eficiencia energética.
¿Cómo implementar la eficiencia energética en la industria?
- Elegir el alumbrado: Una lámpara incandescente de 60 W se puede reemplazar, con el mismo nivel de alumbramiento, por una tipo LED de 7 W. Es decir, con cerca del 90 % menos de consumo, se produce más luz. Además, su vida útil es más larga y produce menos calor.
- Alternativas a las calderas: Muchas empresas, hoteles y hospitales hacen uso de calderas eléctricas o a gas para producir vapor. Para reducir el consumo, se pueden reutilizar los gases de escape o utilizar paneles solares.
- Modernizar los aires acondicionados: Cada año se presentan nuevas soluciones y sistemas de AC. Estos sistemas consumen entre 30 y 50 % menos energía que los de hace 15 o 20 años. Esto se traduce en menores gastos de mantenimiento y en facturas.
- Optar fuentes de energía renovables: El autoconsumo fotovoltaico u otras fuentes de energías renovables son otra opción a la que pueden recurrir las empresas si quieren una mayor eficiencia energética. Autoproveerse de energía sería una opción ideal que reduciría el impacto ambiental y los gastos económicos.
- Uso de aislantes térmicos: Mediante los aislantes térmicos es posible evitar constantes intercambios de temperatura durante procesos o con el exterior. De esta forma, también se logra reducir la necesidad de aires acondicionados o calentadores.
- Sustituir maquinaria antigua: Sabemos que esto representa una inversión importante, pero tal como se mencionó con los aires acondicionados, la tecnología sigue evolucionando cada día. Las evoluciones apuntan a un mejor rendimiento y a un menor consumo. Las nuevas maquinarias requerirán menos energía para obtener los mismos o mejores resultados que la antigua.
- Medir el consumo de recursos: Medir cuál es el consumo de agua, energía y gas y evaluar los factores que pueden afectar estos consumos resulta vital. De esta forma, se pueden desarrollar nuevas estrategias que contribuyan al ahorro.
En el hogar
La eficiencia energética puede ser tan grande o pequeña como la persona quiera. Puede abarcar el diseño —o rediseño— de una vivienda para hacerla lo más eficiente posible, o implementar una serie de medidas que juntas reduzcan el consumo del hogar.
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía lanzó una Guía Práctica de la Energía: Consumo eficiente y responsable. A continuación, señalamos algunos de los aspectos que se resaltan:
¿Cómo implementar la eficiencia energética en el hogar?
- Aislar: Para evitar las pérdidas de calor, o el exceso del mismo, el aislamiento es vital. Se recomienda instalar ventanas con doble cristal; marcos con puente térmico; detectar corrientes de aire; aislar los cajetines de las persianas y cerrar las cortinas por la noche.
- Ahorrar en agua caliente: Verificar que las tuberías y acumuladores de agua caliente estén bien aislados. Además, se recomienda instalar sistemas de acumulación de agua, que suelen ser más eficientes que los que tienen producción instantánea. Además, se recomienda cambiar los grifos independientes de agua fría y caliente por un monomando.
- Iluminación: Elegir los bombillos LED frente a los iridiscentes, que proporcionan un importante ahorro, e instalar tubos fluorescentes en sitios que requieren luz durante mucho tiempo. Además, se recomienda aprovechar al máximo la iluminación natural. Preferir los colores claros en las paredes.
- Trato cuidadoso de la calefacción: Realizar mantenimientos constantes para verificar que la transmisión de calor esté en su punto óptimo es importante para que el equipo no se dañe y se ahorre energía. Los cuidados diarios, como evitar ponerle objetos encima, o evitar las fugas de calor también son importantes.
- Electrodomésticos con etiqueta energética: Los electrodomésticos consumen gran parte de las energías del hogar. Los nuevos desarrollos son más amigables con el ambiente y consumen menos energía. Por lo tanto, consumen cerca de un 40 % menos electricidad, según un estudio de Mckinsey & Company.
- Cuidados diarios: Apagar las luces cuando no se utilizan, desenchufar el cargador del celular, desconectar los dispositivos electrónicos que no se usen mantener el computador en ahorro de energía, evitar abrir muchas veces la puerta del refrigerador, y lavar con la carga completa en la lavadora son otras acciones que pueden marcar la diferencia.
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El futuro de la eficiencia energética
Algunas instituciones, como el Banco Mundial, han realizado estudios para comprobar cómo los programas de eficiencia energética pueden obtener resultados positivos. La entidad destacó que es importante que el financiamiento se adecue a los mercados locales; y que se respalde con políticas e incentivos correspondientes.
España rescató la importancia de la eficiencia energética en el Programa Nacional de Reformas 2017. En este plan, se estableció que la eficiencia energética es una herramienta por la que pretenden reducir los costos del sistema sin perder competitividad. Este programa establece que gran parte de los esfuerzos se centrarán en los edificios, con la ayuda del Plan de Viviendas 2018-2021.
Por medio de ese programa se adjudicaron nuevos planes de generación de energía. Aunque se habían previsto 3 000 MW, finalmente se licitaron a 5 000 MW. De este total, 3 900 MW se adjudicaron a la energía fotovoltaica y 1 100 a la eólica. De esta forma, se busca fomentar la eficiencia energética y evitar las emisiones de CO2 innecesarias.
En España, ya todos los electrodomésticos e inmuebles cuentan con el certificado de eficiencia energética obligatorio. Este permite saber cuál es el nivel de eficiencia energética por medio de una etiqueta especializada. Sin embargo, es importante que los fabricantes se esfuercen por conseguir mayor eficiencia.
Por su parte, en Reino Unido se ha implementado la iniciativa Green Deal, por la cual se espera que los dueños de las viviendas urbanas y rurales inviertan en optimizaciones energéticas para mejorar la eficiencia. El usuario puede optar por una financiación para llevar a cabo el proyecto. Este se financia por medio de la factura, en caso de que se compense los pagos para la devolución de la factura inicial. El gobierno británico espera llegar a 14 millones de hogares y 2,4 millones de comercios para 2030.
Palabras finales
La importancia de la eficiencia energética es que nos permite comprender mejor el funcionamiento de productos y viviendas. Y con este conocimiento, es posible llevar a cabo acciones que generen un impacto mayor. Nos permite comprar, actuar y vivir con mayor conocimiento de las consecuencias que provocamos. Y gracias a esto, podemos mejorar.
Sin embargo, resulta esencial que los gobiernos nacionales e internacionales redoblen esfuerzos para promover este concepto, más allá que desarrollen incentivos que nos permitan mejorar nuestra eficiencia energética. Al final, al igual que siempre cuando hablamos de cambio climático, se trata de un esfuerzo conjunto. Solo trabajando como comunidad podremos obtener mejores resultados.