Con cada día que pasa la inteligencia artificial y los procesos de machine learning y automatización tiene mayor presencia en nuestra cotidianidad. Esto ha hecho que se convierta en una herramienta indispensable que no solo brinda información relevante sobre diversas temáticas sino que, hoy en día, es capaz de interactuar con el usuario (humano). Y aunque la IA no es capaz de sentir emociones propias, sí puede reconocer y responder a las emociones y estados de ánimo de los interlocutores, lo que la hace también un insumo fundamental para los procesos de marketing centrado en humanos. Esto ha llevado hacia el desarrollo de un concepto clave dentro de un mundo digitalizado y tecnológico: la empatía artificial.
A lo largo de este artículo de Futuro Eléctrico ahondaremos en las características de este concepto, con miras a responder la pregunta: ¿puede la inteligencia artificial ser empática?
Tabla de contenidos
¿Qué es la empatía?
La empatía es una de las capacidades más valoradas y necesarias dentro de las relaciones humanas. Ella implica el saber conectarse emocionalmente con el otro, entendiendo y respetando su perspectiva individual sobre la realidad. Esto conlleva, entonces, a percibir, reconocer y comprender las emociones y sentimientos de los demás individuos, poniéndose en su lugar e identificando sus necesidades. Es una cualidad innata en el ser humano ─que se puede desarrollar en menor y mayor medida en cada individuo─ y que se corresponde con valores como la compasión y el altruismo.
Importancia de la empatía en las interacciones humanas
De acuerdo con el apartado anterior, la empatía permite lograr una comunicación profunda entre los seres humanos. Así, entre otras cosas, desarrolla habilidades sociales efectivas, facilita el conocer otros puntos de vista y perspectivas de la vida, mejorar la resolución de conflictos y, claro, mejorar la relación del individuo con él mismo, fomentando procesos de autorreconocimiento y entendimiento que le permitan encontrar en si mismo un punto de partida para interactuar con la realidad del otro.
Esto conlleva hacia el fortalecimiento de la tolerancia, el respeto y la buena convivencia, siendo estos preceptos fundamentales para un mundo emocionalmente responsable y sincero.
¿Qué es la inteligencia artificial empática?
La inteligencia artificial empática, también conocida como empatía artificial, es el futuro esperado de esta tecnología. Este concepto se refiere a aquella habilidad de modelos no-humanos inteligentes para predecir y responder a las emociones de los usuarios. Este tipo de empatía se desarrolla de la mano con tecnologías de procesamiento de datos (Big Data) y aprendizaje automático. Gracias a ello, la IA puede ser capaz de leer el comportamiento humano recopilando información visual, patrones de comportamiento, gestos y lenguaje no verbal, lo que le permite reaccionar oportunamente a la necesidad específica de cada usuario.
La empatía artificial, entonces, parte de una perspectiva centrada en el consumidor a la que se responde a través de herramientas de modelización predictiva. Dicha modelización ha favorecido el proporcionar interacciones más naturales y eficientes que no solo mejoren la experiencia de utilización de la tecnología, sino que le permitan a esta última determinar las posibilidades de respuesta y acción del usuario, para adelantarse a ellas eficazmente.
Diferencia entre la empatía humana y la empatía artificial
Aunque la empatía artificial ha demostrado un avance importante en cuanto al desarrollo de herramientas que permitan leer al individuo y responder ante él, aún existen algunas diferencias que vale la pena mencionar.
En primer lugar, el origen de la empatía sigue siendo una brecha importante. Desde la perspectiva humana, la empatía es una capacidad innata, es decir, que nace con el individuo y se desarrolla con él. En cambio, la empatía artificial es una capacidad aprendida, que requiere de la integración de múltiples procesos tecnológicos para desarrollarse; no es un valor, es llanamente una habilidad.
En segundo lugar y seguramente la diferencia más importante, la empatía artificial tiene, ante todo, un objetivo predictivo que puede estar vinculado al fortalecimiento de las estrategias de marketing o de atención al cliente de las empresas, mejorando así la fidelización con la marca. Aunque la empatía artificial busca mejorar las interacciones entre humanos y robots, la empatía humana tiende a ser mucho más profunda y verdaderamente receptiva. Esta empatía no solo identifica emociones, sino que muestra un interés genuino y desinteresado por ellas, a través de herramientas como la escucha atenta y el rompimiento con juicios y estereotipos.
Cómo la inteligencia artificial ‘aprende’ la empatía
Como se mencionó anteriormente, la empatía artificial es una habilidad que adquiere la inteligencia artificial a través del entrenamiento, tal y como logra desarrollar muchas de sus otras características. En este apartado conocerás cómo y a través de qué herramientas y tecnologías se desarrolla este proceso.
El papel del aprendizaje automático y la IA afectiva
Una de las disciplinas que más ha colaborado con el desarrollo de la empatía artificial es la computación afectiva o la IA afectiva. Esta es la encargada del estudio y desarrollo de sistemas que permitan reconocer, interpretar y estimular las emociones humanas. Esta tecnología ha aprendido a incluir herramientas como los micrófonos, las cámaras, la lógica de software y los sensores para percibir el estado emocional de un usuario y responder a esto a través de funciones, servicios o productos específicos.
De esta forma, la herramienta tecnológica asimila pistas de emociones humanas a través de diferentes orígenes, como las expresiones faciales, las posturas, pronunciación, la temperatura de la mano o el ritmo en el que pulsa las teclas. Los algoritmos procesan los datos y así, ofrecen información significativa.
Ahora bien, la empatía artificial se vale, a la vez, del aprendizaje automático. Este es el encargado de extraer las muestras más significativas de la información recopilada y analizarlas a través del reconocimiento por voz, el procesamiento de lenguaje natural y el reconocimiento de expresiones humanas. Es el aprendizaje automático el pilar del entrenamiento de la IA, ya que le facilita guardar información y datos pasados para predecir y responder a acciones futuras con mayor facilidad; la IA reconocerá más eficientemente emociones y sentimientos y sus respuestas serán cada vez más prudentes y completas.
Retos en el proceso de enseñanza de la empatía a las máquinas
Para muchos estudiosos, la empatía artificial supone una codificación de la empatía en las máquinas, por tanto, no es considerado como un proceso realmente profundo, similar a la empatía humana. Frente a esto, surge uno de los retos más grandes de la empatía artificial: la falta de contexto.
Aunque esta empatía se basa en algoritmos de la IA que se entrenan en conjuntos de datos grandes y diversos, estos se reducen al reconocimiento de voz o de expresiones faciales. Esto hace que le resulte muy difícil entender el contexto social o cultural en el que se encuentra la persona y mucho menos la profundidad de la situación por la que está atravesando. Lo anterior teniendo en cuenta que muchas veces las expresiones faciales o el lenguaje no verbal no corresponde del todo a una emoción en particular, lo que puede conllevar a malinterpretaciones por parte de la IA y, por tanto, a la entrega de información errónea o innecesaria.
Por tanto la humanización de la empatía artificial aún está lejos de responder adecuadamente a la naturaleza del individuo y, mucho menos, de identificarse plenamente con las emociones y sentimientos que la representan.
Beneficios de una empatía artificial
Entre los principales beneficios y ventajas de lograr una empatía artificial adecuada e integral se encuentran:
- Es una herramienta indispensable para lograr crear interacciones más efectivas entre los humanos y la IA, las cuales resultan mucho más naturales y tienen en cuenta los sentimientos y emociones dentro del proceso.
- Entrega información modulada adecuadamente, en función del estado emocional del individuo.
- Si se desarrollada adecuadamente, podría llegar a contribuir a la salud social, yendo mucho más allá de solamente procesar información de manera sistemática y automatizada.
- Mejora el entendimiento del comportamiento del usuario, mejorando a su vez los estándares lingüísticos y de reacción para responder satisfactoriamente a sus necesidades.
- De la mano con lo anterior, es clave para optimizar el contenido y con ello responder a métricas esenciales, intenciones de compra y percepción del mismo contenido.
- Aumento de la flexibilidad y la adaptabilidad de las herramientas tecnológicas de acuerdo con las características específicas de cada usuario, así como de los objetivos de las empresas y negocios.
Ejemplos de inteligencias artificiales empáticas
No hay duda de que el camino hacia la empatía artificial aún es bastante largo y que las representaciones que existen de ella aún se quedan en procesos bastante superficiales y, valga la redundancia, puramente artificiales. Sin embargo, no sobra presentar algunos ejemplos de avances en inteligencia artificial empática.
Uno de los más reconocidos ─desde hace ya varios años─ es el famoso robot japonés Pepper. Este es un robot humanoide con un diseño atractivo y dinámico que detecta el lenguaje verbal y no verbal de su interlocutor a través de sensores. De esta manera, es capaz de reconocer el estado de ánimo de su interlocutor y así modificar su comportamiento y responder a él de una manera más intuitiva y amigable.
También es importante mencionar a CyberOne, un robot humanoide presentado por Xiaomi en el 2022. Este robot tiene la capacidad de identificar hasta 45 clasificaciones de emociones humanas, a través del reconocimiento de la semántica ambiental y el reconocimiento de emociones humanas vocales: MiAI.
Por otro lado, hace poco se presentó un nuevo enfoque de la IA. Este enfoque es desarrollado por investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres. El estudio demuestra que se pueden usar las ondas de radio para medir frecuencias cardiacas y respiratorias, con el ánimo de identificar cómo se siente una persona, sin necesidad de utilizar señales visuales.
Por último, en el camino hacia la empatía artificial se debe recalcar a DepecheMood++. Este es un mecanismo computacional que permite detectar y extraer emociones de la lectura de textos digitales. Para lograrlo utiliza modelos de procesamiento de lenguaje natural alimentados con la lectura de un vocablo anotado que se identifica con una emoción particular. Fue desarrollado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y solo tiene fines investigativos.
Palabras finales
A modo de conclusión vale resaltar que la empatía artificial es una gran referente del gran esfuerzo que están haciendo los investigadores y especialistas para adaptar la tecnología a los procesos humanos, teniendo en cuenta las características propias de nuestra naturaleza y buscando desarrollar interacciones más sinceras y profundas. Empero, aún nos queda mucho para superar la barrera artificial, especialmente porque esto implica mucho trabajo en la manera en la que usamos dicha tecnología, evitando perder nuestra esencia y el control total sobre las herramientas que nosotros mismos diseñamos.
Antes de irnos queremos preguntarte: ¿conocías sobre la empatía artificial? ¿crees que supone un riesgo para el ser humano? ¡Estamos ansiosos por leerte!