A 3 000 años luz del sistema solar, en la constelación de Lyra, se encuentra la estrella Kepler-160 y, girando alrededor de ella, podría existir un planeta «espejo» de la Tierra: el exoplaneta KOI-456.04.

El exoplaneta KOI-456.04 destaca entre más de 4 000 exoplanetas descubiertos hasta ahora por las similaridades entre sus características y las de su estrella a las de nuestro sistema solar y la Tierra.

Su estrella, la llamada Kepler-160, es especial porque emite luz visible. Es diferente a la gran parte de las estrellas encontradas, que emiten radiación infrarroja, son más pequeñas que el Sol, pueden arrojar grandes llamaradas de energía e impedir cualquier forma de vida.

Descubrimiento del exoplaneta KOI-456.04

Exoplaneta KOI-456.04 MPS René Heller
NASA/MPS René Heller

Según se dio a conocer en Astronomy & Astrophysics, científicos del Instituto de la Sociedad Max Planck para el Estudio del Sistema Solar trabajaron con los datos recolectados por Kepler. Se sabía con anterioridad que había dos exoplanetas orbitando la estrella Kepler-160. Ambos son mucho más grandes que la Tierra y tienen órbitas más estrechas. Sin embargo, pequeñas variaciones en el periodo orbital de Kepler-160c dieron a los científicos la idea de que podría haber otros cuerpos celestes.

Los investigadores desarrollaron un algoritmo para registrar pequeños cambios en la curva de luz de la estrella. Los datos mostraron que más de dos planetas estarían orbitando a la estrella, posiblemente cuatro. Uno de estos es el exoplaneta KOI-456.04, un posible «espejo» de la Tierra.

El exoplaneta KOI-456.04 se encontraría en la zona habitable de su estrella. Esto permitiría la existencia de agua superficial líquida. Su tamaño sería menos del doble de la tierra y su periodo orbital sería de 378 días. Asimismo, recibe el 93 % de la luz solar que obtiene la Tierra.

Según los científicos, las condiciones en su superficie podrían parecerse a las terrestres solo si la capa de gas de este cuerpo no es demasiado masiva. De esta forma, el exoplaneta KOI-456.04 podría tener un efecto invernadero moderado y estar lleno de gases terrestres. Se estima que la temperatura superficial promedio es de 5 °C, cuando la temperatura promedio de la Tierra son 15 °C. Todas estas características podrían permitir vida en su superficie.

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Estos hallazgos se obtuvieron mediante análisis de datos antiguos de la Misión Kepler de la NASA. Sin embargo, podría ser también un error estadístico en su medición y no un planeta genuino. Por ahora, los investigadores aseguran que es un 85 % probable que el exoplaneta KOI-456.04 sea real. No obstante, un objeto debe pasar el umbral del 99 % para ser confirmado como exoplaneta.

Para conseguir este nivel, se deberá esperar a nuevas observaciones. Estas podrían llevarse a cabo por el próximo telescopio espacial James Webb de la NASA, que se lanzará en 2026.

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