El aumento de las temperaturas; el deshielo de los glaciares; la extinción de especies animales; climas más intensos y peligrosos; y el encarecimiento de los alimentos son solo algunas de las consecuencias que el calentamiento global tendrá sobre el planeta. Los expertos alertan que no queda mucho para revertir sus efectos y frenar su avance. Los gobiernos han hecho sus compromisos, pero los resultados no han sido los esperados.
Los científicos, por su parte, tratan de brindarnos alternativas y soluciones. Entre algunas de estas propuestas, encontramos un sorprendente planteamiento de Bill Gates: cubrir el Sol para evitar el calentamiento del planeta. El fundador de Microsoft ha decidido invertir en un proyecto que busca reducir la cantidad de radiación solar que recibe la superficie terrestre. Así, se podría mitigar el impacto del calentamiento global y provocar un enfriamiento general.
El nombre del proyecto es Experimento de Perturbación Controlada Estratosférica (SCoPEx, por sus siglas en inglés). Fue desarrollado por científicos de la Universidad de Harvard. Consiste en lanzar polos de carbonato de calcio (CaCO3) a la atmósfera, ya que refleja el Sol y, así, podría contrarrestar los efectos del calentamiento global.
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SCoPEx, un plan con luces y sombras
SCoPEx implica el uso de globos aerostáticos que lancen a la atmósfera toneladas de carbonato de calcio no tóxico. Este material puede reflejar la luz solar. Sin embargo, el experimento todavía está en investigación. Los científicos no tienen claro si podría lograr el efecto esperado o si las expectativas son vanas. Además, es importante identificar qué efectos reales tendría rociar la atmósfera con partículas que reflejaran la luz del Sol.
Por ello, la primera fase implica utilizar varios globos aerostáticos con pequeñas cantidades de carbonato de calcio. Así podrán analizar las consecuencias de este procedimiento y estudiar la viabilidad de esta tecnología. En diciembre de 2020, David Keith, profesor de la Universidad de Harvard, explicó que consiguieron autorización para las primeras pruebas en junio de 2021. Específicamente, comenzarán las pruebas de maniobras con globos aerostáticos.
El primer paso de la investigación tendrá lugar en Kiruna, Suecia. Allí, la Corporación Espacial Sueca acordó ayudar a lanzar un globo con equipo científico a 20 km de altura. El lanzamiento no liberará aerosoles. En cambio, servirá como prueba para maniobrar el globo y examinar las comunicaciones y los sistemas operativos.
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Algunas críticas al proyecto SCoPEx
No obstante, este abordaje no es nuevo. Desde hace varios años, distintos equipos científicos han investigado para hacerlo posible. Sin embargo, se han encontrado con una gran controversia. ¿Qué dicen los que se oponen a esta tecnología? En primer lugar, hablan de que esta ciencia puede tener riesgos imprevisibles, entre ellos, cambios extremos en el clima que no serán mejores a las consecuencias del calentamiento global.
Cabe recordar en este momento la explosión del volcán Pinatubo. Ocurrió en 1991 y generó columnas de ceniza de 7 km de altura. Pocos meses después generó la segunda mayor erupción volcánica del siglo XX. Se liberaron en la estratósfera unos 20 millones de toneladas de dióxido de azufre. Una consecuencia inesperada de esta explosión fue que, durante los siguientes 18 meses, la temperatura de la Tierra bajó medio grado. Y, aunque para controlar el calentamiento tuvo un efecto positivo, también hundió la producción de maíz, soja, arroz o trigo en todo el mundo.
De manera similar, los ambientalistas temen que este cambio en la estrategia de mitigación sea contraproducente. Específicamente, temen que sea tratado como luz verde para continuar emitiendo gases de efecto invernadero con ningún cambio en los patrones de consumo y producción.
David Keith reconoció que hay preocupaciones reales con la geoingeniería. Sin embargo, aunque nadie sabe qué pasará cuando se libere el CaCO3, piensan que podría ayudar a reponer la capa de ozono. El polvo podría reaccionar con las moléculas que destruyen el ozono.
El científico también propuso la creación de un «grupo de riesgo», que compensaría a las naciones más pequeñas por los daños colaterales causados por tales pruebas. Sin embargo, este pago podría ser de poco consuelo. Por lo tanto, será necesaria la cooperación internacional para evaluar los riesgos, ganadores y perdedores de cualquier experimento de este tipo.
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