Elon Musk es uno de los visionarios más controvertidos de nuestros tiempos. Sin importar si comparte sus visiones del futuro, sus opiniones frente a las tecnologías o sus opiniones sobre temas comunes, suele dar de qué hablar. Recientemente, su último comentario a través de Twitter sorprendió a más de uno.
En su cuenta de Twitter respondió a un tuit de la National Geografic que decía: «Los científicos encontraron que los cachorros de hiena infectados con toxoplasmosis tienen más probabilidades de acercarse a los leones y ser asesinados por ellos que sus compañeros no infectados».
¿La respuesta de Elon Musk? «La toxoplasmosis infecta a las ratas, luego a los gatos, luego a los humanos que hacen videos de gatos. Los trenes de inteligencia artificial logran un entrenamiento de inteligencia sobrehumana en videos de gatos de Internet, lo que convierte a la toxoplasmosis en el verdadero árbitro de nuestro destino».
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¿Hay algo de verdad en esto?
Aunque parece un comentario divertido y, tal vez, un poco conspiranoico, no es completamente disparatado. La toxoplasmosis es un parásito que suele infectar a ratas y ratones. Los científicos creen que afecta la mente de los roedores y elimina su miedo hacia depredadores, como gatos o humanos.
Estas ratas son capaces de acercarse a los gatos, que las comerán y luego absorberán el parásito. ¿Quién es el siguiente? Los humanos. Se estima que solo en Estados Unidos, entre 40 y 60 millones de personas podrían estar infectadas con el Toxoplasma Gondii. Alrededor del mundo podría tratarse de dos mil millones de personas.
Todavía no es seguro si el parásito de la toxoplasmosis ocasiona que las personas exhiban un comportamiento más riesgoso. Algunos estudios aseguran que sí, pero no hay un consenso total.
Un estudio realizado en Turquía arrojó que las personas infectadas tenían más probabilidades de tener un accidente de carro. El motivo no es imprudencia, sino tiempos de reacción más largos. Es decir, el parásito podría reducir las reacciones de las personas.
¿Qué tiene que ver esto con la creación de la inteligencia artificial? Probablemente nada. Hay consenso sobre lo poco probable que es que el interés por una inteligencia artificial superhumana se deba a un parásito en el cerebro. Por un lado, no todas las personas —ni científicos— tienen gatos. Por el otro, no hay ninguna relación entre la toxoplasmosis y los proyectos de ciencia.
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