Hace algunos años, Bill Gates, creador de Microsoft, dijo: «La computadora nació para resolver problemas que antes no existían». Y si aplica con las computadoras, es igualmente adecuada frente a las tecnologías que nacen cada día. Muchas de estas surgen para responder un problema específico y terminan solucionando conflictos inesperados.
Por ejemplo, el blockchain se creó como una solución de seguridad para garantizar la confidencialidad e integridad de la información. ¿A quién se le ocurriría que esta tecnología podría solucionar el acceso a energías limpias? Varios años después de su creación, a un grupo de españoles se les ocurrió. ¿Sus nombres? Gerard Bel, Markos Romanosm, Eugenio Moliner y Marc Feliu.
Este grupo de emprendedores creó Klenergy, posteriormente rebautizada como Pylon; una compañía que busca crear un ecosistema que acerque el mercado energético al consumidor. ¿Qué lo hace tan particular? El uso de tecnología blockchain para eliminar los intermediarios.
IDC Research España calcula que esta tecnología tendrá un crecimiento anual del 47 % hasta 2024, cuando alcanzará los 4 000 millones de euros. Y, aunque ya había ganado popularidad gracias a las criptomonedas, soluciones innovadoras como Pylon convierten al blockchain en una alternativa para problemas inesperados.
El modelo de Pylon busca dar el control a los consumidores. De esta forma, ellos mismos podrán decidir de dónde, en qué proporción y qué momento quieren obtener su energía, que proviene de productores de energía solar; especialmente, pequeños productores. Con este sistema se eliminan los intermediarios y se facilita el acceso.
Para conocer más sobre su innovador enfoque y cómo ha evolucionado en los últimos años, en Futuro Eléctrico hablamos con Gerard Bel, CEO y fundador de Pylon. Conoceremos cómo surge esta iniciativa, cómo se han adaptado a las necesidades del mercado, ávido siempre de innovación, cómo funcionan sus diferentes productos y los retos que han tenido que enfrentar.
Tabla de contenidos
¿Qué es Pylon? ¿Cómo surge la idea y cuál es su propósito?
Pylon es un ecosistema para el sector energético que se enfoca en el consumidor final y en cómo ayudarle a decidir. Pylon surge de la necesidad de acercar el mercado energético al consumidor final. En este momento, estamos en el inicio de la transformación del mercado a un sector muy centrado en el cliente a través de la digitalización, como ya ocurrió en el sector de las telecomunicaciones en su momento.
¿Qué proyectos ha desarrollado Pylon?
Pylon Network
Podemos decir que Pylon Network es el paraguas para la creación de un modelo energético completamente centrado en dar el control de sus datos a los consumidores finales, ayudándolos a decidir. Para ello, Pylon Network ha desarrollado una base de datos completamente neutra basada en tecnología blockchain.
PylonData
Es un programa centrado en ofrecer servicios digitales a las empresas del sector energético, comercializadoras, instaladores de fotovoltaica, empresas de servicios energéticos y administraciones.
Ayudamos a estas empresas a ofrecer soluciones personalizadas, adaptadas a las necesidades de sus clientes de manera que reduzcan el tiempo de respuesta y sus costes operativos.
PylonCommunity
El ecosistema de las comunidades energéticas renovables se centra en:
- Promover y ayudar a captar consumidores para las comunidades a través de herramientas digitales e intuitivas.
- Ayudar a captar financiación de forma fácil a través de los actores que estén dentro del ecosistema.
- Asistir en la gestión de los activos renovables y maximizar el rendimiento a través de herramientas de análisis de datos automáticas.
Háblanos de Pylon Network, ¿de dónde nace esta plataforma y cuál es su objetivo?
Nació de la necesidad de crear un ecosistema que fuera inclusivo para los consumidores finales en el sector energético; dado que toda la generación de energía está en manos de las grandes empresas del sector. El objetivo principal es generar energía local y ser menos dependientes de intermediarios en el consumo energético; además de ser una palanca para conseguir los objetivos medioambientales fijados por la Comisión Europea.
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¿Por qué mezclar una tecnología revolucionaria como el blockchain con el sector energético, y las energías renovables específicamente? ¿Qué beneficios trae?
Para poder gestionar activos colectivos con la infinidad de actores involucrados en esos modelos, es necesario poder ofrecer transparencia, trazabilidad e inmutabilidad. Por eso decimos implementar una base de datos utilizando tecnología blockchain.
Los riesgos de operar con criptomonedas se relacionan principalmente con la volatilidad de este mercado, de ahí que generen cierta desconfianza en algunos. Frente a esto, ¿qué estrategias han asumido para brindarles seguridad y confianza a clientes/empresas para adoptar Pylon Network?
Sobre este aspecto siempre hemos tenido una visión muy clara. Hay que llevar esta tecnología al mercado real y para ello debe de ofrecer un valor tangible. Tenemos claro que es una tecnología poco madura y debemos de trabajar mucho para acercarla a todo el mercado, siempre desmarcándonos de la especulación.
En nuestro caso el Token es la representación digital de un activo, la red blockchain sobre la cual se construyen los servicios. Y el Coin es la moneda que se utiliza para certificar el uso de esta base de datos, digamos que sería la cuota por el uso de un SaaS (Software as a Service).
Pensamos que el mercado real no está preparado para este cambio y es porque todavía no hemos sido capaces de simplificarlo lo suficiente. Para nosotros, ese es nuestro foco principal.
Es una maratón y tenemos claro el valor que podemos ofrecerle al mercado. La clave es tener la suficiente paciencia para introducirlo en el momento adecuado, cuando el mercado lo demande. Por eso hay que estar atento siempre a las señales.
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¿Qué funciones tiene la plataforma para usuarios, productores y prosumidores? ¿Cómo los beneficia a cada uno de ellos?
La función de la plataforma es ayudar en la gestión y promoción de autoconsumos colectivos. Centrada en sacar el máximo rendimiento de los activos colectivos al minimizar costes operativos, automatizar procesos y aumentar la integración digital entre todos los actores.
A través de nuestros algoritmos inteligentes, de forma automática se realiza el reparto de energía entre todos los consumidores de la forma más eficiente.
Es un ecosistema:
- Donde el consumidor, además de consumir energía renovable más económica y reducir su factura, tiene un panel para poder hacer un seguimiento de su consumo. Incluso puede saber lo que va a consumir mañana o recibir consejos para ser más eficiente.
- Donde los promotores/productores/prosumidores pueden sacar el máximo rendimiento de sus activos al vender su energía a consumidores cercanos sin tener que hacer prácticamente nada. Con nuestros algoritmos, aumentan entre un 12 % y un 15 % el rendimiento de su activo. Además, no deben preocuparse de las operaciones relacionadas al modelo.
¿Qué significó atravesar por el fracaso de uno de sus productos, Metron?
El desarrollo de Metron se quedó obsoleto, este es uno de los aprendizajes más valiosos, el fracaso. Aprendimos que no ofrecía el suficiente valor como para generar un modelo de negocio escalable y atractivo.
Gracias a esta validación, encontramos otras soluciones de accesibilidad a los datos de consumo y producción energética. Desarrollamos un sistema para acceder a los datos del contador que tenemos en nuestras casas, eliminando el coste del hardware y utilizando los mismos datos que se utilizan en la factura eléctrica. Con ello conseguimos ofrecer más valor, tener más aplicaciones y, además, tener una solución escalable.
El proyecto piloto comenzó a implementarse en 2018 ¿Cuáles han sido los resultados? ¿Cómo ha avanzado la compañía? ¿Cuál ha sido la respuesta de los usuarios?
El piloto que realizamos en 2018 estaba centrado en la trazabilidad de energía y su virtualización a través de VPP (Virtual Power Plants) con consumidores, para certificar el origen de la energía que consumen. Como conclusión, desarrollamos una solución específica para las necesidades de mercado, pero el coste de la solución frente a su valor final no era suficiente.
En ese piloto aprendimos muchas cosas valiosas: 1) la tecnología es lo menos importante; 2) el valor de realizar MVP (Minimum Viable Product) pequeños y validarlos de forma continua con el cliente; y 3) la importancia de medir el valor real que ofrece tu producto y ver rápidamente si tiene un modelo de negocio atractivo.
Podríamos destacar que, gracias a este piloto, validamos la tecnología blockchain y su puesta en marcha en un entorno real. De esa experiencia sacamos un modelo nuevo, pilotando a la adquisición y gestión de datos energéticos.
Uno de los problemas que encontramos en el piloto fue el acceso a los datos de consumo de los clientes finales. Para solucionarlo utilizamos medidores y eso hizo que el modelo comercial enfocado en el consumidor final no encajara en precio.
El disponer de datos en tiempo real suponía un coste demasiado elevado para el valor que ofrecía. Además, esos datos no servían para la facturación.
Ese problema destapó un elefante que teníamos delante y no habíamos sido capaces de ver hasta entonces. Cuando tenía 18 años trabajé en una empresa del sector energético montando contadores digitales de compañía. Eso nos ayudó a desarrollar una solución de acceso a los datos sin necesidad de utilizar ningún hardware adicional. Reducíamos el coste, era mucho más escalable y utilizábamos los datos de facturación.
A partir de ese punto empezamos a entender la necesidad del mercado. Queríamos entender y validar el valor que podríamos ofrecer al sector energético con esos datos. Rápidamente empezamos a trabajar con instaladores y empresas de servicios energéticos en la realización de ofertas automáticas y personalizadas de autoconsumo fotovoltaico y de optimizaciones de tarifa y potencia.
Seguimos aprendiendo de nuestros clientes. Validamos nuevas soluciones y empezamos a trabajar con administraciones y ayuntamientos, cuyo foco son los diagnósticos energéticos, dada la necesidad de ofrecer servicios digitales durante la pandemia.
Fue entonces cuando empezamos a trabajar con comercializadoras y entendimos que habíamos unido todos los puntos. Volvíamos a estar en la casilla de salida en relación con el P2P (Peer to Peer). La gran diferencia era que ya trabajamos con todo el ecosistema necesario para la implementación de soluciones para la gestión de autoconsumos colectivos y, así, empoderar la creación de comunidades energéticas.
Tenemos claro que el futuro energético está en optimizar la gestión de los activos a través de la digitalización. Es ahí donde nos queremos posicionar.
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El objetivo principal es ayudar a los consumidores finales a ser más activos en el mercado energético. Básicamente, se trata de que tengan un papel más participativo, y eso no quiere decir que tengan que ser expertos del mercado energético.
Si conseguimos empoderar al consumidor energético, ayudándolo a decidir, acabaremos mejorando su participación en el mercado. Será más eficiente, un prosumidor o participará en un autoconsumo colectivo.
Con ello conseguiremos reducir emisiones, y producir energía renovable y local. Obviamente, esto tiene un impacto social local importante.
¿Creen que algunas de las necesidades más urgentes del planeta se pueden solucionar aprovechando correctamente las nuevas tecnologías? ¿Qué hace falta para explotar su potencial?
Desde nuestro punto de vista, el paso más importante pasa por la digitalización del sector energético, teniendo como foco principal la creación de modelos energéticos inclusivos. Para conseguirlo, debe ser un sector donde los servicios sean personalizados, simples y rápidos. Al final vamos a ir a un modelo de Energy as Service que estará más cerca de Netflix que de Blockbuster.
¿Cómo valoran el sector de energías renovables en España? ¿Cómo acelerar su implementación?
El sector energético en España está en crecimiento y con un gran potencial. Hemos vivido momentos similares en el sector de las telecomunicaciones. El mercado está dando señales importantes de su «momentum», tanto en regulación como en actores y la infraestructura disponible.
Se están alineando nuevas regulaciones, como la del autoconsumo colectivo y las nuevas tarifas eléctricas. Se están viendo muchos movimientos entre los actores del sector. Todo esto sucede también por el cambio de necesidades del consumidor final.
España, en concreto, tiene una de las redes de transporte y distribución más completas. Y cuenta con casi el 100 % del mercado con contadores digitales.
La forma de acelerar este proceso pasa por implementar soluciones en el mercado real, creando sinergias entre diferentes empresas que aporten modelos plug and play.
¿Cuál es la complejidad burocrática de un proyecto como Pylon Network en España?
Cuando empezamos, la primera barrera fue la regulación energética. ¿Cómo poder realizar el P2P de forma legal y que ofreciera una valor importante al sector? Ahora, la regulación en España y en otros países permite compartir una instalación renovable entre diferentes consumidores.
Una vez pasado este hito, la siguiente complejidad más importante es cómo automatizar y estandarizar el modelo contractual entre las diferentes partes que participan en el modelo.
Estamos esperando también la adaptación de los coeficientes de reparto dinámicos, lo que ayudará a poder gestionar mejor esa energía y aumentar la rentabilidad de ese activo.
¿En qué consiste Pylon Community?
Es un ecosistema donde se encontrarán todas las soluciones necesarias para poder crear modelos de autoconsumo colectivo, y así ayudar a los consumidores finales a crear comunidades energéticas. Será un referente en ofrecer un Energy as a Service donde el consumidor final será quien elegirá con qué actores quiere participar.
Para finalizar, ¿cuáles son los planes de expansión de la compañía?, ¿cómo ven a Pylon en el largo plazo?
Actualmente estamos centrados en España, ya que es el país europeo con más potencial en estos modelos. Estamos preparando nuestras soluciones para que estén preparadas para los mercados de Portugal y Francia, ya que serán los siguientes en explotar. Pero tenemos claro que tenemos que consolidar nuestra posición antes de expandirnos a otros países europeos.