Dentro de las energías limpias, existe un objeto de debate que todavía no logra consenso: ¿es la energía nuclear una forma de energía verde? Para algunos lo es, dado que no produce emisiones; pero para otros no es así, dado los peligros ambientales que supone un vertimiento de sus residuos.

Este debate tiene dividido a Europa. Los países están discutiendo si se puede considerar una fuente de generación de electricidad verde y ser sujeta a incentivos fiscales. O, por el contrario, si debe estar fuera de estos y recibir el trato de las no renovables.

De un lado del debate encontramos a Alemania, Austria, Luxemburgo y Dinamarca. Del otro se encuentra Francia, Hungría y República Checa. El debate se avivó con la reciente postura de España en contra de dotar de beneficios fiscales a la energía nuclear.

A través de una carta conjunta, los países expresaron sus dudas sobre un informe de Joint Research Centre. El informe, emitido el pasado abril, concluyó que la energía nuclear es tan segura o más que el resto de las renovables. Frente a esto, ministros de España, Luxemburgo, Dinamarca, Austria y Alemania se posicionaron en contra de que se tenga en la misma consideración que la eólica y la solar.

De hecho, afirman que se debe dejar fuera de las finanzas verdes de la UE. El argumento es que «es incompatible con el principio de «no causar daño significativo» del Reglamento de Taxonomía».

Nos desconcertó saber que, en opinión del Centro Común de Investigación, no había indicios de que la tecnología de alto riesgo que es la energía nuclear sea más dañina para la salud humana y el medio ambiente que otras formas de generación de energía, como la energía eólica y solar.

Europa dividida

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Cabe recordar que el Reglamento de Taxonomía fue aprobado en el año 2000 para establecer un marco que facilite las inversiones sostenibles. El objetivo es que la UE sea climáticamente neutra para 2050.

«Nos preocupa que la inclusión de la energía nuclear en la taxonomía dañe permanentemente su integridad, credibilidad y, por lo tanto, su utilidad. La energía nuclear, sin embargo, es una tecnología de alto riesgo, la energía eólica no lo es. Esta diferencia esencial debe tenerse en cuenta», expresaron los países firmantes en la carta.

El informe de Joint Research Center concluye que la energía nuclear es igual de segura y tiene las mismas emisiones que cualquiera de las renovables. Por lo tanto, puede incluirse en la taxonomía financiera verde. Al respecto, los ministros recordaron la imposibilidad de eliminar de forma permanente los residuos nucleares o de almacenarlos de forma segura.

Muchos ahorradores e inversores perderían la fe en los productos financieros que se comercializan como «sostenibles»; si tuvieran que temer que al comprar estos productos estarían financiando actividades en el área de la energía nuclear. Tras más de 60 años de uso de energía nuclear, ni un solo elemento de combustible se ha eliminado permanentemente en ningún lugar del mundo.

En la posición contraria se ubica Francia, quien es el principal defensor de la energía nuclear dentro de la UE. Ellos se remiten al informe, que asegura que «bajo los criterios de taxonomía, la energía nuclear no causa más daño a la salud humana o al medio ambiente que cualquier otra tecnología de generación eléctrica que se considere sostenible».

¿Cuándo se tomará una decisión?

La Comisión Europea deberá llegar a un acuerdo este verano. El debate se pospuso luego de que los comisarios no lograran acuerdo al no conseguir una mayoría en ninguna de las opciones. La decisión debe concluir si la energía nuclear y el gas se incluyen en la taxonomía verde.

Las posturas están distanciadas y se teme que el acuerdo se dilate. Una de las opciones para resolverlo sería incluir un apartado único para la energía nuclear. También se habla de que sean los técnicos quienes decidan. Esta opción es apoyada por Foratom, la gran patronal nuclear europea.

Asimismo, la UE está elaborando una serie de regulaciones sobre las finanzas sostenibles para los próximos años. Estas supondrán un importante cambio para empresas e inversores, ya que determinará cuáles son los sectores considerados sostenibles y en los que deberán invertir. Por ello, gana importancia la decisión que se tome en la Comisión Europea.

En Francia, la energía eléctrica es cerca de un 97 % baja en emisiones, gracias a que la energía nuclear supone un 77 % del consumo. Por su parte, España cuenta con siete centrales nucleares desde 1983, y es su principal fuente de generación de energía. No obstante, planea reducir la retribución a las plantas nucleares anteriores a 2005 que no emiten CO2. Se espera un cierre progresivo a 2035.

También España aprobó la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Esta tiene el objetivo de que las renovables alcancen el 74 % de participación en su producción. No obstante, en este balance no incluye a la energía nuclear.