La exploración espacial está llena de hitos históricos. El primer cohete, la llegada del hombre a la Luna, el primer aterrizaje en Marte, la exploración del espacio exterior, entre muchos otros momentos claves para la Humanidad. Los avances han sido tantos que, para muchos, el futuro de los humanos no se encuentra en la Tierra, sino en el espacio. Sin embargo, esto despierta nuevos planteamientos relacionados con una vida fuera de la Tierra. Y, aunque muchos de ellos ya han sido abordados por los científicos, todavía hay uno que permanece como un tabú: el sexo en el espacio.

El cine y la ficción han abordado el tema. Lo han mostrado como algo posible y atractivo. Sin embargo, las leyes de la física nos muestran una realidad muy distinta y es probable que el sexo en el espacio sea muy poco sensual y satisfactorio. El tema no ha sido ampliamente explorado ni difundido, pero las agencias espaciales se lo toman muy en serio. Son sus esfuerzos los que nos permiten desde Futuro Eléctrico responder tus preguntas más comunes sobre esta cuestión.

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¿Es posible tener sexo en el espacio?

Sexo en el espacio dif

Sí pero no. Es posible tener sexo espacial; sin embargo, no es algo fácil, sencillo ni espontáneo. Las agencias espaciales han desalentado el sexo espacial por numerosos motivos. Pero con la llegada del turismo espacial y los viajes espaciales más largos más vale empezar a considerar el escenario.

No es la primera vez que se habla del tema. En el año 2000, el periodista francés Pierre Kohler publicó un libro en el que reveló que la NASA contaba con un proyecto para estudiar el sexo en el espacio. Según relató, los ingenieros de la NASA buscaban estudiar cómo se daría el escenario. Tres años antes Harry Stine, antiguo consultor de la NASA, informó que la agencia tenía piscinas de entrenamiento para hacer pruebas.

Los resultados del estudio arrojaron que tras estudiar todas las posibles posturas sexuales se seleccionaron 20 posiciones. No obstante, solo cuatro de ellas eran viables en el espacio sin ningún apoyo mecánico.

Hasta la fecha, no se tiene noticia de la primera relación sexual en el espacio. Sin embargo, se sabe que la masturbación sí es posible. Esto lo dio a conocer el astronauta Ronald Garan Jr. Él declaró que masturbarse fuera de la Tierra era «posible», pero se debía tener previsto la falta de gravedad y sus consecuencias sobre los fluidos.

Al final, la Ley de la Gravedad es la clave que permite la sexualidad tal y como la conocemos. Sin gravedad, es más complicado que dos personas puedan permanecer juntas. Además, al no haber una fuerza que ancle a las personas en una dirección y sobre una superficie, la tercera ley de Newton se convierte en el mayor enemigo. Todo esto lo explicaremos más adelante.

¿Ha habido sexo en el espacio?

Oficialmente no. Ningún astronauta o agencia espacial ha reconocido que esta actividad se haya llevado a cabo en algunas de las misiones. Sin embargo, los rumores no han faltado.

Uno de los que más fuerza tienen se centra en los astronautas estadounidenses Jan Davis y Mark Lee. Ellos se casaron poco antes de su primera misión juntos al espacio, en los años 90. La NASA no suele ser partidaria de los matrimonios entre sus cosmonautas, por lo que cubrían turnos de doce horas incompatibles. Sin embargo, a pesar de las aclaraciones de la agencia —o, tal vez, debido a ellas—, los rumores no dejaron de resonar.

Otro caso fue el de los cosmonautas rusos Valery Polyakov y Yelena Kondakova en la estación espacial MIR. En 1992, los diarios de Polyakov dieron a conocer que habían pensado en la posibilidad de tener sexo en el espacio con Kondakova. Además, coincidió con ella. Todo esto despertó los rumores del público (que también incluía una infidelidad); pero siempre fue negado por los protagonistas.

El único acto sexual que se ha reconocido en el espacio fue en 1994 y tuvo como protagonistas a cuatro peces-arroz españoles.

Las dificultades a enfrentar

El sexo en el espacio son una pesadilla logística y fisiológica. Para comenzar, los astronautas se enfrentan a una completa falta de privacidad. Los espacios no son muy grandes, no hay muchos cuartos cerrados y en todo viaje espacial se requieren más de dos personas, incluso en los viajes comerciales. La privacidad no es algo muy probable de obtener.

Luego, encontramos los problemas fisiológicos. Para poder tener sexo en el espacio, se requiere replicar las condiciones fisiológicas que se generan en la Tierra. Sin embargo, sin gravedad, la sangre que se concentraría en los genitales va a las partes más altas (cabeza y pecho). Esto significa grandes dificultades para generar una erección, en el caso de los hombres. En el caso de las mujeres se traduce en una falta de lubricación, que se produce también por la afluencia de sangre.

Además, sin la gravedad, los niveles de testosterona de los hombres bajan, lo que también se traduce en una menor lívido. Lamentablemente, no se ha estudiado los efectos de la microgravedad en el impulso sexual de la mujer. Esto se suma al efecto de la falta de gravedad en los líquidos. Si los fluidos no pueden caer ni resbalar, se acumularían cerca de donde se segregaron, en la superficie del cuerpo. Esto se traduce en que el acto involucraría dos cuerpos viscosos presionándose.

Finalmente encontramos la tercera ley de Newton: «Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria». Es decir, el movimiento en una dirección requiere de un esfuerzo en la dirección opuesta. Sin nada que tire de ellos en una dirección, el movimiento será continuo y en dirección opuesta.

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Claves para practicar sexo espacial

Sexo en el espacio - claves

A pesar de que representa un reto, y las agencias espaciales no han dicho mucho al respecto, tenemos algunas ideas para lograr tener sexo en el espacio. Todo esto ha sido sugerido por científicos o autores interesados en el tema.

Para empezar, encontramos el 2suit. Es un atuendo diseñado por Vanna Bonta, la autora de ciencia ficción, que surge tras un vuelo de gravedad cero. En él ella y su esposo no pudieron abrazarse por la ingravidez. El 2suit es un traje con tiras de velcro para ajustarse a otro con las mismas características. También puede ajustarse a algún punto de anclaje para evitar que la falta de gravedad separe los cuerpos. El traje tiene un espacio que se abre en la ingle y se cierra con velcro. Además, es intencionalmente holgado para facilitar el movimiento de quienes lo usan.

Más allá de este traje, existen otros consejos para practicar sexo espacial. Incluso el astrofísico Neil deGrasse Tyson explicó las dificultades que representaba y comentó:

En un entorno de gravedad cero se van a necesitar unas correas. Probablemente haya gente que ya está equipada con estas cosas de todos modos. Cuando una persona flota en el espacio y quiere acercarse a otro ser humano, ambos rebotan. El movimiento se preserva, no hay fricción. Se necesita algo que los mantenga juntos.

De esta forma, una de las recomendaciones es que una de las personas esté anclado. Se necesitarán cuerdas, arneses o algún tipo de amarre. Incluso, Harry Stine sugirió que una tercera persona sujete a cada uno en su sitio.

Los participantes también tendrán que estar preparados para sudar y que la humedad permanezca entre ellos. Dado que el sudor se pega en todo el cuerpo y puede incluso entrar a los ojos, es recomendable estar preparado para limpiarlo constantemente y evitar su incomodidad.

Por supuesto, cabe mencionar que lo mejor es mantenerlo simple. A pesar de que quieran intentar proezas o acrobacias en gravedad cero, lo más probable es que no salga bien. Si quieren que funcione, es mejor mantenerlo lo más práctico posible. La planificación y una coreografía estudiada pueden ayudar con el proceso.

Palabras finales

El sexo en el espacio es, en conclusión, posible pero no probable. Si en el caso en que se logren las condiciones para lograrlo, las partes involucradas probablemente estén demasiado concentradas en la logística para conseguir alguna satisfacción. Sin embargo, el tema ya está llamando la atención del público y los científicos. Con un posible futuro en el espacio, es probable que muy pronto comencemos a ver innovaciones que lo hagan más factible y cómodo.

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