Si hablamos de tecnologías disruptivas, no podemos dejar de mencionar a la ─cada vez más famosa─ inteligencia artificial. Hablar sobre la IA es un tema cada vez más común en la época actual y es que no es para menos: cada día escuchamos sobre nuevos avances: robots, sistemas de procesamiento de lenguaje natural y herramientas de asistencia inteligentes, todas ellas actores fundamentales de la cuarta revolución industrial. Sin embargo, a la par de lo anterior, también son cada vez más evidentes las preocupaciones y riesgos del desarrollo de una superinteligencia artificial que ponga en riesgo las capacidades innatas del ser humano. Por dicha razón, en este artículo de Futuro Eléctrico buscaremos responder a la pregunta: ¿puede la IA volverse más inteligente que los humanos? ¡Continúa con nosotros para ahondar en este retador tema!
Tabla de contenidos
¿Qué es la inteligencia?
Antes de incursionar en las principales diferencias entre la inteligencia humana y la artificial y las posibles respuestas a si puede la IA volverse más inteligente que los humanos, es imprescindible conocer algunos de los factores clave que definen al concepto en sí.
La inteligencia es, desde una perspectiva general, aquel conjunto de capacidades mayormente cognitivas que nos permite identificar, entender y resolver diferentes clases de problemas, facilitando así la adaptación exitosa al entorno. Partiendo de esta premisa, se entiende que la inteligencia es un concepto bastante complejo que podría definirse desde dos perspectivas:
- Una capacidad intelectual, general y determinada genéticamente, por lo tanto, inmodificable. Esta perspectiva es la que ha permitido el desarrollo de tests psicométricos y pruebas estandarizadas que determinan el coeficiente intelectual.
- Un conjunto de habilidades y capacidades que pueden actuar de forma independiente y desarrollar altos niveles en diferentes campos. De ahí proviene, por ejemplo, la teoría de las inteligencias múltiples.
En la actualidad, aunque no existe un concepto único de lo que es o no es la inteligencia, vale recalcar que es una capacidad que sí se vale de otras, como la velocidad de procesamiento, la comprensión verbal, el pensamiento lógico-matemático, el pensamiento deductivo e, incluso, la inteligencia emocional y los niveles de empatía.
En lo relacionado a qué es la inteligencia artificial, vale resaltar que esta se entiende como la capacidad que poseen algunas máquinas para aprender, entender y tomar decisiones acertadas con base en ese mismo aprendizaje. Esto se logra a través de algoritmos y análisis de datos y de la mano de ramas como el Machine learning, Deep learning y la robótica, entre otras.
Diferencia entre inteligencia humana y artificial
Con las definiciones anteriores en mente y partiendo de que la inteligencia artificial busca simular a la humana en aras de automatizar y optimizar procesos, es importante ahondar en las principales diferencias entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana. Las cuales serán puntos de partida para saber si puede la IA volverse más inteligente que los humanos.
En primer lugar, la inteligencia humana parte de una compleja red de habilidades cognitivas que cambian o se adaptan de acuerdo con el entorno en el que se practican, siendo muy flexible frente a toda clase de tareas. En cambio, la inteligencia artificial se limita a algoritmos y reglas predefinidas y diseñadas para responder a tareas específicas. Esto hace que no sea tan adaptable y flexible como la humana.
Por otro lado, el cerebro humano ─fuente de la inteligencia─ es un órgano que cambia constantemente y, por tanto, funciona de manera adecuada en toda clase de situaciones, es decir, responde bien a las constantes alteraciones del entorno. En el caso de la IA, esta se basa en el desarrollo de sistemas concretos que requieren regularidad para transmitir adecuadamente la información y ejecutar así las órdenes dadas.
Muy de la mano con lo anterior, el origen de ambas inteligencias es una diferencia clave. Nuestra inteligencia se origina a partir de un conjunto de interacciones entre neuronas, el cual se transforma con la misma evolución. En cambio, la IA se erige por la transformación de los diferentes sistemas de codificación y los avances tecnológicos que se van desarrollando.
Por último, pero no menos importante, la inteligencia artificial carece de capacidades innatas en el ser humano, como lo son la empatía, la creatividad y la imaginación. De estas hablaremos más adelante, en el apartado sobre las limitaciones actuales de la IA, claves para responder a si puede la IA volverse más inteligente que los humanos.
Cómo se mide la inteligencia: IQ humano vs. benchmarks de IA
Si se entiende a la inteligencia como un conjunto de capacidades adaptables y flexibles, se entiende que no es fácil medirla y que los resultados pueden variar de acuerdo con el contexto en el que se encuentre el individuo. Sin embargo, al hablar de inteligencia, esta se relaciona con el concepto de coeficiente intelectual (IQ), acuñado por el psicólogo William Stern en 1912. Esta es una cifra o número que determina, como ya se mencionó, el nivel de inteligencia de una persona frente a la media de una población determinada por la edad cronológica y limitaciones madurativas.
Para calcular el coeficiente intelectual se utilizan pruebas que miden diferentes habilidades cognitivas, como el razonamiento, la lógica y la resolución de problemas. Estas son pruebas estandarizadas, aplicadas por profesionales capacitados. Entre los tests más conocidos se encuentran la Escala Wechsler (niños), las escalas de inteligencia de Stanford-Binet y el Wechsler Adult Intelligence Scale o WAIS. Los IQ de entre 120 a más de 130 puntos son considerados como inteligencia superior al promedio, mientras que los de menos de 70 puntos son perfiles de bajo rendimiento.
En el caso de la IA, esta se mide a través de los benchmarks. Estas son pruebas de rendimiento que miden la capacidad de los dispositivos y sistemas inteligentes partiendo de factores como la velocidad, la resistencia, la inteligencia, la memoria, el procesamiento, entre otros. Al igual que como sucede con el IQ, el benckmarks permite determinar niveles de rendimiento de la IA en comparación con diferentes sistemas.
Avances recientes en IA “inteligentes”
Los avances en modelos de inteligencia artificial son cada vez más evidentes. Gracias a herramientas como las redes neuronales artificiales, el aprendizaje profundo, el Machine learning y el procesamiento de lenguaje natural, la IA general ─una inteligencia que podría ser tan o más inteligente que los humanos─ ha propiciado la aparición de sistemas de IA cada vez más poderosos. Ejemplo de ello son las IA conversacionales, como Chat GPT, la cual se basa en el avanzado modelo GPT-4, creación de Open AI. Este modelo de lenguaje se entrena con enormes cantidades de datos de texto que le permiten predecir y generar texto en secuencia, logrando resultados muy precisos y coherentes.
Gracias a lo anterior, Chat GPT permite mantener conversaciones altamente naturales sobre casi cualquier tema sin ser tan repetitivo y con una alta capacidad de razonamiento frente a toda clase de preguntas. Tan es así que ha logrado, incluso, pasar exámenes en las universidades más prestigiosas del mundo.
Ahora bien, entre los avances más recientes también vale mencionar al modelo Gemini de DeepMind. Este es un gran modelo de lenguaje, multimodal o con diferentes tamaños y rendimientos. Este está enfocado en que la IA logre tomar decisiones complicadas a través de técnicas de aprendizaje por refuerzo y sistema de búsqueda en árbol. El sistema se encuentra en desarrollo, pero se espera que desde su lanzamiento logre sobrepasar las capacidades de modelos como GPT-4.
Casos de éxito donde la IA ha superado a humanos en tareas específicas
Para seguir respondiendo a si puede la IA volverse más inteligente que los humanos es necesario mencionar algunos casos de éxito en los que esta nos ha superado. Algunos de los ejemplos más relevantes en este aspecto son las IA que han vencido al hombre en diferentes juegos.
- Meta está desarrollando un agente de Inteligencia artificial que ha logrado un rendimiento nivel humano en el juego de estrategia CICERO funciona a través de un modelo de diálogo controlable y un motor de razonamiento estratégico. Esto le permite analizar el tablero de juego y el historial de conversaciones para modelar las probabilidades de actuación de otros jugadores. De esta manera, busca llegar a acuerdos con las personas contendientes, formar alianzas y atacar a otros. En las diferentes pruebas realizadas ya ha habido varios robots que ganan a contrincantes humanos.
- AlphaGo es un programa informático que combina árbol de búsqueda avanzada con redes neuronales profundas. Es el primer programa computacional que vence a un jugador profesional de GO y a un campeón mundial. Esto lo hace mediante las redes neuronales, las cuales toman una descripción del tablero y la procesan a través de una serie de capas de red. Lo anterior le permite seleccionar la siguiente jugada y predecir el ganador de la partida, desarrollando una comprensión razonable del juego humano. Vale resaltar que GO es uno de los juegos clásicos más retadores ya que requiere múltiples niveles de pensamiento estratégico.
Por otro lado, debemos mencionar un caso de éxito en otro ámbito, en la salud, y más específicamente, en el diagnóstico médico. Este es el caso de DeepMind Health, una plataforma de IA que permite realizar diagnósticos precisos y mejorar el tratamiento de ciertas enfermedades. Este es un asistente médico altamente intuitivo y preciso.
Singularidad tecnológica: ¿puede la inteligencia artificial superar la inteligencia humana?
Otra de las perspectivas que podrían conllevar a una posible solución para el cuestionamiento sobre si puede la IA volverse más inteligente que los humanos es la singularidad tecnológica. Esta se define como la capacidad que tendrán los robots o los sistemas informáticos para corregir sus errores y adquirir la autonomía suficiente para auto desarrollarse. La teoría parte de la Ley de Moore, la cual afirma que cada dos años se duplica el número de transistores en un microprocesador, lo que impulsaría la superación de la inteligencia humana.
Algunas de las teorías sobre la posible llegada de la singularidad tecnológica afirman que está se dará antes de lo esperado. Ejemplo de ello, es lo dicho por Musk, quien sostiene que la IA podría superar a la inteligencia humana para el años 2025. Por otro lago, Vinge apuesta a que esta se alcanzará en el 2030, mientras que Raymond Kurzweil la predice para el 2045. Sin embargo, otros científicos consideran improbable que esto suceda, teniendo en cuentas los limitantes de la IA, de los cuales hablaremos a continuación.
Limitaciones actuales de la IA
Para finalizar nuestro artículo sobre si puede la IA volverse más inteligente que los humanos ahondaremos en sus principales limitaciones.
Uno de los principales desafíos de la IA es su terrible dependencia a las grandes cantidades de datos. Aún no se han construido algoritmos que puedan aprender y adaptarse de la misma manera en la que lo hacen los humanos, es decir, que aún persisten problemas con el aprendizaje no supervisado. Lo anterior, de la mano con el hecho de que la inteligencia humana se alimenta de sistemas de percepción que interactúan con el mundo que nos rodea a través de los sentidos; para la IA esto aún es muy difícil de imitar ya que requeriría avances significativos en sistemas de visión, procesamiento de lenguaje, entre otros.
Hablando ya del procesamiento de lenguaje natural, vale decir que este es otro de los grandes limitantes. Aún hoy, la IA no ha superado el gran reto de la comunicación interpersonal, es decir, aquella que no solo requiere la interpretación de la información oral y escrita, sino también la interpretación de mensajes no verbales, actitudes, sentimientos, lineamientos éticos y el análisis objetivo y subjetivo del entorno. Todo ello fortalecido con la realidad de que la inteligencia artificial tampoco es capaz de desarrollar sentimientos y, mucho menos, de tener empatía; no es posible, tampoco, que desarrolle creatividad basada en el pensamiento abstracto ni que tome decisiones en situaciones complejas, ya que no tiene capacidad de asimilar un contexto subjetivo.
Palabras finales
Entonces, ¿cuál es la respuesta a puede la IA volverse más inteligente que los humanos? Por ahora, la posibilidad de que esto suceda es lejana. Aunque el riesgo existe y mantiene en alerta a los investigadores en el campo, la verdad es que las limitaciones siguen siendo muy grandes y sigue habiendo capacidades innatas del ser humano que no se pueden imitar. Por ahora, los grandes desarrollos siguen estando en función de optimizar procesos y de ralentizar los riesgos de que el avance se salga de nuestras manos. Por tanto y por como van las cosas, la IA no ha podido ni podrá ─a lo menos a mediano plazo─ superar la inteligencia del hombre.
Y tú, ¿Qué crees al respecto? Cuéntanoslo todo en la sección de comentarios, ¡te leemos!